Rara vez nos enamoramos hasta el punto de condenarnos con intenciones eternas;Rara vez la efímera duración del amor se alarga voluntariamente.Él era guapo,inteligente y sensible,sabía escuchar y me comprendía.Se reía de mis caídas y cantaba cuándo me veía llorar,nada de lo que dijo nunca fue equivocado o estuvo fuera de lugar,era inocente y le gustaban las chicas raras.Conjeniamos, más de lo que yo pensado tenía.
Y ni el tiempo ni el espacio se colaban en el fuerte en el que nos reuníamos cada vez que nos mirábamos,no existían grietas, ni podía entrar el frío,algo que, de alguna manera me hacía encadenarme a ello y a la vez me tentaba a huir lejos.Y me imaginé cenar con él,salir con él, perseguirle,sentarme en sus rodillas y besarle vestida de blanco,Y así,perpetuar lo nuestro, ser vieja y seguir enamorándome de él,y llegado el día,morir con él, en su infinita perfección con sabor a polvo de hadas...
Y ahí fue cuando dejó de interesarme.
4 comentarios:
Y es que a veces las cosas imperfectas son mejores que las perfectas, pues no hay peor defecto que la perfección, es lo único que puede destrozarlo todo en un momento.
¿Galletas de chocolate? No esperaba nada a cambio, pero ahora mismo las aceptaría xDDD
PD: Si, tenía que decirlo ^^'
Wow, no hay mucho más que decir además de eso, me encantó, realmente me enamoré del texto, es fantástico.
Es que realmente lo que menos se busca en el amor es la perfeccion, la magia de volver perfecto lo imperfecto es lo que nos enamora ^^ ¡lo adoré!
Gracias Sperant, a mi tb me encantan las galletas de chocolate ;)
E Hikari, viniendo de tí, me enorgullese muchisimo, no sabes cuanto! De verdad....
Muchisisisisimas gracias. Besos a ambos (L)
Publicar un comentario