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Confesiones y azúcar glass

Alan me llamó muy pronto, me despertó y le contesté en un tono bastante borde (nunca he sido persona nada más levantarme) , pero no me regañó por tratarle así, ni se enfadó ni nada de eso, al revés, me dijo que lo sentía treinta billones de veces. Tengo que estar enamorada de él, cualquier persona normal lo estaría, por que tiene un encanto, un embrujo, no sé lo qué es , pero cada segundo que paso con él , estoy más segura de que está hecho para mí .
No escuché casi nada de lo que me dijo. Sólo me quedé con dos cosas : Media hora / Su casa.

En cuanto desayuné salí pitando de casa y cuándo llegué a la suya me abrió con un delantal puesto.
Yo alucinaba ¿Por qué coño llevaba un delantal?
.Decidí disimular y seguirle el rollo, para que pareciera que le había escuchado ; Al parecer le apetecía hacer una tarta, y no quería hacerla solo, por eso me había llamado, el plan consistía en hacer una trata y comernosla , en vez de hacer la comida.

El plan era genial, perfecto, asique pronto nos pusimos manos a la obra:
Batimos huevos, hechamos harina, fundimos chocolate, metimos la tarta al horno y seguimos de manera tajante las instrucciones de la receta, sin saltarnos ningún paso o discrepar en un segundo más ni menos los tiempos indicados.
Me lo pasé genial pringándome de cosas de esas las manos, la ropa o el pelo; fue muy divertido y nos reímos mucho.
-Tenemos que hacer tartas más a menudo- Dije lavándome las manos
-Buah ¡Pero si falta lo mejor! ¡Hay que decorarla!-Lo dijo muy contento, sin duda debía de ser guay, eso de decorar una tarta.
-¿Hay azúcar glass?
-Claro- Entonces me tendió un bote de este.
Metí el dedo en el bote y me lo llevé a los labios, estaba riquísimo, asique empecé  a espolvorearlo por encima de nuestra tarta, intentando hacer formas y cosas así, pero heché demasiado, asique soplé en una parte para que el azúcar se fuera volando. Y vaya que si voló, cuándo quise darme cuenta Alan era más dulce y más blanco de lo habitual, ya que estaba lleno del azúcar que yo había soplado (al parecer directamente a su cara)
-Lo siento, lo siento- Dije muerta de risa
-¿Te ríes? - dijo siguiéndome en rollo
-¿Cómo no voy a reirme? Pocas son las diferencias que hay ahora mismo entre tú y el Jety ....
-Que graciosa, ahora verás
Encontes mojó el dedo en el bote donde estaba el chocolate fundido que había sobrado y me lo enseño
-No, Alan, no hagas eso.
-¿Porqué?Seguro que te sienta bien un tono morenito a lo mona Chita, ya que yo soy un Jety ¿no?
Y precipitó su dedo sobre mi nariz, mánchandola de chocolate.Luego se dió la vuelta e intentó huir con una carcajada en la boca, pero yo le agarré del brazo.
-Espera, no te vayas
La situación era vergonzosa e irónica, ambos teníamos unas pintas horribles, pero eso no me hizo cambiar mi percepción sobre él.
Se acercó a mí, muchísimo, tanto que mi nariz y la suya casi se rozaron, y bajó la mirada, me sentía tonta, pero tenía que ser valiente; de hoy no pasaba , tenía un par de cosas que decirle....

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