Aquel último baile fue el más incomodo de la historia de nuestra vida.
Tus ojos ya no decían quererme, y el calor de tus abrazos se había convertido en una fría escarcha que amenazaba con quebrantar todo lo que se le pusiera por delante (incluido mi corazón).
Pero tu absurdo y contradictorio egoísmo no frenó nunca mis desesperadas ganas, y ese último intento de recuperarte acabó dejándome un amargo sabor en los labios.
Tus ojos ya no decían quererme, y el calor de tus abrazos se había convertido en una fría escarcha que amenazaba con quebrantar todo lo que se le pusiera por delante (incluido mi corazón).
Que me mate la pena-pensé -, morir de quererte me resultaba tentador y precioso.

La nostalgia de tu piel es como una droga que me obligó a reanimar estos latidos que ya no tienen ni sentido ni dueño que los reclame.
Así que te besé, y me tragué tu orgullo, mi orgullo y el miedo a perderte.
Y al apartarte para no besarme, caímos desde aquel precipicio separados por el rencor que el dolor nos obligó a tenernos. Tú aprendiste a volar.
Y yo a curarme las heridas sin pensar en lo felices que fuimos mientras discutíamos qué nombres le pondríamos a nuestros perros.
Y yo a curarme las heridas sin pensar en lo felices que fuimos mientras discutíamos qué nombres le pondríamos a nuestros perros.
4 comentarios:
Omii!! muuy lindoo jaja me gusto el final, te extraño lo sabias?
Carteeeer! Tú más :)
Y yo ,muchísimo, pero no tenemos vías de comunicación :S
(L)
Omii!! Que maravillosa entrada "morir de quererte" ¡que frase! amé cada línea.
Un beso enorme.
Tú si que eres un poco más maravillosa cada día :)
Muchas graciaaaaaaaaaaaaas (L)
Publicar un comentario